26.6.08

Me le excusa

Distinguida concurrencia,

Mi ausencia de los pastos de lata se debe a los magros resultados económicos que han llevado a los economistas y medios a invitar a la conversación a ese temido sustantivo: recesión. Ese mismo sustantivo que invoca al archi-enemigo del progreso, el anti-héroe del capitalismo (y, por extensión, de la ¡felicidad, alegría y contentura colectiva!), aquel angel demoníaco luciferioso que destruye con su dedos de fuego los niveles de confianza colectiva que teníamos antaño... ese terremoto económico (tome nota) que pone en vilo las ganancias de nuetros ademanes, los empresarios, que nos guían por el buen rumbo me produjo una revelación.

La inflación, el precio del petróleo por sobre los cuatro galones me inspiraron y decidí trabajar, poner mi granito de arena en esa playa que se inunda de foreclosures y crisis subprime para ser parte (al fin) del producto bruto nacional de algún país, poner mis centavos en el chanchito de la economía mundial.

Esa es la historia de mi conversión y de mi consiguiente ausencia de los placeres del ocio, la lata, el aburrimiento y la idiotez.

Pero como bien sabemos, aunque la mona se vista de seda, mona queda, y la tentación es inminente. Soy débil y me uniré al ángel demoníaco y volveré a esculpir latas de kriptonita.

Así que ruego aguanten esa impaciencia un par de días más, que voy y vuelvo.