16.10.08

La Lata del Fútbol

Mi intención es daros la lata: sin pudor, sin vergüenza, sin piedad, pena ni misericordia; con obsesión, pasión y generosidad absoluta. Se trata de una entrega total y absoluta de mi parte, sin esperar nada a cambio. Una encarnación encubierta de Papá Noel, de Leonardo Farkas y de Don Francisco en Sábado Gigante.

Habiendo ya recorrido algún trecho en esta leal y abnegada labor puedo decir que hay un principio claro en el arte de la lata: saturación. Si usted quiere dar la lata, pues tome un tema que ya esté saturado. Dele una pequeña vuelta innovadora para atraer un poco a su público y satúrela, sobresatúrela con un tsunami de información inútil, con una bomba de neutrones de artilugios y palabras complicadas.

Teniendo en cuenta la Regla Fundamental de la Lata los invito a un nuevo derroche de inutilidad absoluta de conocimientos, tiempo y voluntad. Escojamos (para desagradar aún más escribo en primera persona plural para dar la sensación que esto es consensuado cuando en realidad es un monopolio cognitivo) un tema que está llegando al borde de la saturación: la clasificación al mundial.

Luego de un triunfo que el periodismo ha tildado de punto de inflexión en la historia del deporte nacio- perdón, de la historia nacio- perdón, de la historia del u-ni-ver-so (casi tan importante como una inversión de los polos magnéticos o la gestación de un hoyo negro en los Alpes suizos) para dar la lata hoy hay que hablar de fútbol.

Aprovecho esto para resolver otro enigma que me ha atormentado largamente: por qué se dijo/dice que Chile clasifica al mundial de Sudáfrica consiguiendo 25 puntos y porqué el profe Bielsa deseaba con ahínco terminar la primera rueda con 15 puntos (esta es la vuelta al tema para atraer la atención).

Pues como el periodismo nacional carece de los conocimientos probabilísticos para explicar por qué faltan solo tres victorias para sentirnos en el mundial os procedo a explicar. El sistema de las eliminatorias – dejémonos de eufemismos positivistas, toda competencia enaltece al ganador en virtud de la desgracia del perdedor – consiste en dos ruedas de ocho partidos en el que los nueve integrantes de la CONMEBOL se enfrentan alternando la localía en cada rueda. Los partidos ganados otorgan tres puntos al ganador del partido mientras que los partidos empatados reparten dos puntos entre los participantes. Se reparten cuatro cupos directos al mundial de Sudáfrica, los que resultan de los cuatro equipos que obtengan la mayor cantidad de los 270 puntos posibles a repartir entre los 90 partidos que se juegan. El quinto lugar juega un repechaje con el cuarto equipo de la CONCACAF.

Pues bien, ¿por qué se clasifica con 25 y no con 32 o con 12?

Simulé para estos efectos 10 000 torneos que cumple con las características de las eliminatorias de la CONMEBOL. Simulé dos tipos de modelos.

En el primero se asume que la probabilidad que el equipo local gane, pierda o empate sigue una distribución multinomial con probabilidades de 0.49, 0.23 y 0.28, respectivamente. Estos valores se obtienen (los obtuvo un pelmazo como yo) de la serie de más de 4500 partidos de la Serie A italiana y la Premier League inglesa desde el año 1998 al 2004.

La segunda simulación simula la cantidad de goles que mete cada equipo en cada partido para definir al ganador. El número de goles que mete cada equipo en cada partido sigue una distribución de Poisson con promedios (parámetros) de 1.61 goles para el local y 1.14 goles para la visita. Estos son los promedios de goles en las ligas Inglesas, Italiana, Alemana y Noruega (sí, Noruega tiene liga y sí, meten goles).

Según ambos modelos se obtienen tablas de posiciones similares (¿sorprendentemente? ¡noooo! ¡porque las distribuciones binomiales y poisson convergen a la misma normal si los parámetros son equivalentes!). Asumiendo que estas probabilidades y promedios se mantienen para la CONMEBOL – supuesto que no relajaremos como veremos – la tabla de posiciones final promedio de los 10 000 torneos tiene la siguiente forma:

1er lugar: 33 pts.
2do lugar: 30 pts.
3er lugar: 28 pts.
4to lugar: 26 pts.
5to lugar: 25 pts.
6to lugar: 23 pts.
7mo lugar: 22 pts.
8vo lugar: 20 pts. (en el modelo poisson son 21 pts.)
9no lugar: 19 pts.
10o lugar: 16 pts.

¿Y de qué nos sirve esto todo dirá usted? Pues para saber que si esta eliminatoria fuera una eliminatoria (sea lo que sea lo que eso significa), con 25 puntos se va al repechaje. Pero el promedio de poco sirve cuando se juega una eliminatoria (y no 10 000) y además se juega con el alma y espíritu de todo un pueblo. Para eso existen los percentiles, no el tarot, la carta astral, el I-Ching, las runas o cualquiera de esas tonteras esotéricas que pululan como cual lumpen cognitivo para reducir la incertidumbre de un futuro probabilísticamente regular.

Pues bien, como todo esto es bastante normal (en términos estadísticos, obvio) y como el último clasificado directo lo hace en el cuarto lugar en el cuarto lugar se puede decir que con 20 puntos o menos no se clasifica a NINGUNO de los 10 000 mundiales. Con 23 puntos se clasifica solo a 203 mundiales. Con 25 puntos se clasifica a un mísero 35.95% mundiales, mientras que con 28 se asegura la clasificación con una probabilidad de .95.

¿Así que de dónde sale que Chile clasifica con 25 puntos? De esa magia que es la imaginación, aún más negra que la estadística, porque si Chile saca 25 puntos la probabilidad de clasificar es muy parecida a la de ganar jugando ca-chi-pún con un mono.

Si conoce a un jugador de la selección, dígale que en los próximos ocho partidos tienen que ganar cuatro partidos para asegurarse el mundial con más de un 90% de probabilidad. Y si conoce a un periodista dígale que eso de los 25 puntos es una burrada, y es bastante claro considerando que de las eliminatorias pasadas con el mismo formato el cuarto lugar se definió con 28 puntos, 30 puntos y 25 puntos (cuando jugaban solo 8 equipos).

Siempre se puede decir algo más (vengan los neutrones) y en este caso refiere a evaluar los supuestos de los modelos. De los partidos jugados en las últimas tres eliminatorias con este formato, el 24.6% ha terminado en empate. Si calibramos los modelos para seguir esta tendencia los números son aún menos alentadores. Dada la repartija de puntos en las anteriores eliminatorias, con 25 se clasifica directamente en una de cada cuatro eliminatorias y con 28 puntos se clasifica en nueve de cada diez.

Así que una vez más la probabilidad ha cumplido su propósito: destruir las expectativas de éxito de los plebeyos. Ya vimos que ni Jesús tenía una posibilidad real de ganar el loto, y que todavía queda un largo trecho para clasificar. Las posibilidades se reducen a cuatro victorias en ocho partidos, tres empates y tres victorias en ocho partidos o seis empates y dos victorias en esos mismos ocho partidos para asegurar la clasificación con más de un 90% de probabilidad.

Les hago el favor para alimentar su esperanza (generosidad plena). Este es el calendario de los
partidos que le quedan a la “Roja de Todos” (¡a quién carajo se le ocurrió ese nombre!):

Chile-Perú (visita)
Chile-Uruguay (local)
Chile-Paraguay (visita)
Chile-Bolivia (local)
Chile-Venezuela (local)
Chile-Brasil (visita)
Chile-Colombia (visita)
Chile-Ecuador (local)